CAMPUS ATLETISMO
Un verano muy divertido
David del Olmo - sábado, 25 de julio de 2015
La llegada del verano y sus asociadas vacaciones escolares obligan, a veces por necesidad de los padres de encontrar acomodo para sus hijos mientras efectúan sus quehaceres laborales cotidianos, a veces simplemente por la búsqueda de unas horas de entretenimiento para los chavales, a encontrar un lugar donde niños y niñas puedan convivir, jugar y disfrutar de parte de ese tiempo extra.
Una de las opciones que se les presentan a los padres son los campus, que han proliferado en los últimos años bajo el mando de diferentes clubes deportivos, que aprovechan el verano para completar la formación técnica de los jóvenes a la vez que promocionan sus respectivas disciplinas deportivas. Y otros, como es el caso que aquí se trata, aunque organizado por la Escuela de Atletismo Puentecillas (colaboran Junta de Castilla y León y Patronato Municipal de los Deportes) y dirigido por Luis Ángel Caballero, no se limita a su deporte sino a ofrecer, como indica su nombre, mucha diversión a los chavales que toman parte en él cada año por estas fechas.
El total acumulado de niños y niñas, tanto de la capital como de la provincia (y algunos saharauis, que residen en verano en Palencia) que participan este año en la cita supera los 500, desde los pequeños, a punto o con los 4 añitos recién cumplidos, hasta los de 14, los más mayores y en algunos casos ya veteranos. Quizá en veranos próximos sean monitores (no serían los primeros).
Este año el XVICampus de Atletismo y Multidiversión se dividió en tres turnos (algunos repiten en dos o en todos): el primero empezó el 29 de junio y se completó el 10 de julio; desde el 13 hasta ayer se desarrolló el segundo; y desde el lunes y hasta el viernes 31, el tercero y último.
Encuadrados en hasta 18 grupos en función de sus edades, cada uno de ellos cuenta con un monitor al que acompañan uno o dos ayudantes (estos últimos en el caso de los peques del campus, que requieren mayor atención y cuidado). Responsables que en su gran mayoría conocen bien los entresijos del campus, dado que verano tres verano reservan un mes de sus vacaciones para trabajar en las instalaciones del Campo de la Juventud. Monitores de tiempo libre, atletismo o natación, entrenadores nacionales de atletismo o maestros de educación infantil o educación física que tienen en sus manos la posibilidad de hacer que este verano sea inolvidable para los chiguitos.
AGUA Y CALOR. Son dos de los aspectos que tan íntimamente unidos van este verano en el campus, uno obligando a la presencia del otro, como comenta su coordinadora Elena Caballero: «con tanto calor los juegos de agua y la piscina han sido más importantes que nunca».
Porque si el año pasado el verano palentino no fue tal, con temperaturas poco propias de la época estival, en lo que respecta a este año, el calor y las altísimas temperaturas han sido la tónica de todos y cada uno de los días pasados. Así que la piscina (los dos primeros días se desplazaron a la cercana de SanTelmo y el resto, una vez abierta oficialmente la del Campo de la Juventud, en el mismo recinto en el que disfrutan de todas las mañanas) es de paso obligado para rematar la jornada. En el caso de los más pequeñitos, piscinas hinchables lejos del bullicio de la piscina grande.
Y, sino, no falta el esperado Día del Agua (haciendo las delicias de peques y no tan niños) o, incluso, la visita al Parque de Bomberos. Combinados con los juegos de todo tipo (recreando los diferentes deportes o los juegos populares) o la Mini-Olimpiada que ayer, por ejemplo, cerró el segundo turno. Así, recibieron la visita de los chicos y chicas de Aspace, que se acercaron para compartir la mañana con sus alumnos y vivir momentos muy emotivos y alegres para todos. Desde la canción con la que comenzaba la mañana (Madre Tierra, de Chayanne), cantando todos juntos «las cosas buenas que tiene la vida», con un divertido baile incluido en el desfile de grupos; hasta la formal ceremonia de entrega de medallas, pasando por el simulado encedido del pebetero, alentado por la megafonía (haciendo partícipe al barrio de sus actividades, y provocando más de una sonrisa de complicidad en los palentinos que transitan junto a la instalación cada mañana).
Los chavales, algunos más tímidos, habrán compartido risas, chapuzones, carreras (zancos, sacos, relevos), talleres de manualidades, para regresar a casa cada día a la hora de comer, con su camiseta verde, contanto sus peripecias y actividades matinales. Con una sonrisa, porque no habrá sido un verano cualquiera.
Una de las opciones que se les presentan a los padres son los campus, que han proliferado en los últimos años bajo el mando de diferentes clubes deportivos, que aprovechan el verano para completar la formación técnica de los jóvenes a la vez que promocionan sus respectivas disciplinas deportivas. Y otros, como es el caso que aquí se trata, aunque organizado por la Escuela de Atletismo Puentecillas (colaboran Junta de Castilla y León y Patronato Municipal de los Deportes) y dirigido por Luis Ángel Caballero, no se limita a su deporte sino a ofrecer, como indica su nombre, mucha diversión a los chavales que toman parte en él cada año por estas fechas.
El total acumulado de niños y niñas, tanto de la capital como de la provincia (y algunos saharauis, que residen en verano en Palencia) que participan este año en la cita supera los 500, desde los pequeños, a punto o con los 4 añitos recién cumplidos, hasta los de 14, los más mayores y en algunos casos ya veteranos. Quizá en veranos próximos sean monitores (no serían los primeros).
Este año el XVICampus de Atletismo y Multidiversión se dividió en tres turnos (algunos repiten en dos o en todos): el primero empezó el 29 de junio y se completó el 10 de julio; desde el 13 hasta ayer se desarrolló el segundo; y desde el lunes y hasta el viernes 31, el tercero y último.
Encuadrados en hasta 18 grupos en función de sus edades, cada uno de ellos cuenta con un monitor al que acompañan uno o dos ayudantes (estos últimos en el caso de los peques del campus, que requieren mayor atención y cuidado). Responsables que en su gran mayoría conocen bien los entresijos del campus, dado que verano tres verano reservan un mes de sus vacaciones para trabajar en las instalaciones del Campo de la Juventud. Monitores de tiempo libre, atletismo o natación, entrenadores nacionales de atletismo o maestros de educación infantil o educación física que tienen en sus manos la posibilidad de hacer que este verano sea inolvidable para los chiguitos.
AGUA Y CALOR. Son dos de los aspectos que tan íntimamente unidos van este verano en el campus, uno obligando a la presencia del otro, como comenta su coordinadora Elena Caballero: «con tanto calor los juegos de agua y la piscina han sido más importantes que nunca».
Porque si el año pasado el verano palentino no fue tal, con temperaturas poco propias de la época estival, en lo que respecta a este año, el calor y las altísimas temperaturas han sido la tónica de todos y cada uno de los días pasados. Así que la piscina (los dos primeros días se desplazaron a la cercana de SanTelmo y el resto, una vez abierta oficialmente la del Campo de la Juventud, en el mismo recinto en el que disfrutan de todas las mañanas) es de paso obligado para rematar la jornada. En el caso de los más pequeñitos, piscinas hinchables lejos del bullicio de la piscina grande.
Y, sino, no falta el esperado Día del Agua (haciendo las delicias de peques y no tan niños) o, incluso, la visita al Parque de Bomberos. Combinados con los juegos de todo tipo (recreando los diferentes deportes o los juegos populares) o la Mini-Olimpiada que ayer, por ejemplo, cerró el segundo turno. Así, recibieron la visita de los chicos y chicas de Aspace, que se acercaron para compartir la mañana con sus alumnos y vivir momentos muy emotivos y alegres para todos. Desde la canción con la que comenzaba la mañana (Madre Tierra, de Chayanne), cantando todos juntos «las cosas buenas que tiene la vida», con un divertido baile incluido en el desfile de grupos; hasta la formal ceremonia de entrega de medallas, pasando por el simulado encedido del pebetero, alentado por la megafonía (haciendo partícipe al barrio de sus actividades, y provocando más de una sonrisa de complicidad en los palentinos que transitan junto a la instalación cada mañana).
Los chavales, algunos más tímidos, habrán compartido risas, chapuzones, carreras (zancos, sacos, relevos), talleres de manualidades, para regresar a casa cada día a la hora de comer, con su camiseta verde, contanto sus peripecias y actividades matinales. Con una sonrisa, porque no habrá sido un verano cualquiera.
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